✍🏻 El Global Positioning System, más conocido como GPS, fue un desarrollo de la US NAVY, que además obtuvo una patente US3497807, en 1966, sobre lo que inicialmente llamaron sistema de satélites multipropósito, que con el tiempo se ha convertido en un elemento indispensable y de uso generalizado en vehículos; de hecho actualmente muchos modelos lo llevan incorporado.
También es habitual encontrar este sistema de georeferenciación en diversas aplicaciones instaladas en los Smartphone, para localizar de la posición del dispositivo y por tanto ofrecerle al usuario diversas opciones sobre lo que existe a su alrededor.
Como ha ocurrido en otros casos, este tipo de tecnología fue ideada para su uso en el ámbito militar, para detectar y determinar la posición de cualquier objeto alrededor de la Tierra.


Este sistema de navegación a través de mapas, sobre los que se marca la posición en todo momento, al tiempo que envía al usuario indicaciones sonoras sobre la ruta a seguir, que previamente ha sido definida en el TOMTOM, fue patentado WO2004076977 por esta compañía, en 2003. Se trataba de un dispositivo de navegación con pantalla táctil, que no era más que una PDA (agenda electrónica muy común entre los yupis de finales de los ’90) que implementaba una aplicación de navegación, pero que tuvo una gran difusión e implantación a nivel mundial, aunque rápidamente fue superado por otras aplicaciones ya que su característica fundamental (expresada en la reivindicación 1 de esta patente) tan solo hacía referencia a que el usuario puede, tocando la pantalla, salir completa mente del mapa de navegación en 2D o 3D a una pantalla de menú que muestra una o más opciones que, si se seleccionan a través de un toque adicional, acción, inician un nuevo cálculo para encontrar un desvío apartado de la ruta planificada.
Como ha sucedido en otras muchas tecnologías y servicios, el teléfono inteligente (Smartphone) se ha convertido en asesino involuntario del TOMTOM, desde el momento que integra un receptor GPS y es capaz de implementar aplicaciones que permiten, no solo la navegación en mapas descargables, si no también de otras muchas funciones, como la localización de cualquier compañía o dirección y navegar hasta el lugar elegido, conociendo previamente el estado del tráfico y en función de él y de otros factores, la ruta más idónea.
Estos “asesinatos tecnológicos” siempre me recuerdan aquella canción “Video Killed the Radio Star – El video ha matado a la estrella de la radio”, pero en este caso con el final previsto: el TOMTOM ha sido uno de tantos cadáveres de los muchos que nos ha dejado el teléfono inteligente en su imparable implantación…


Esta historia sin duda que puede resultar interesante por todo lo comentado anteriormente, pero lo realmente sorprendente es que, contrariamente a lo que podíamos pensar de que todos los sistemas de navegación automáticos se basa en las “nuevas tecnologías”, mucho antes de que los ordenadores dejaran de ser exclusivos de unos pocos, hubo un inventor español que pensó que era posible seguir una ruta en un mapa, con la ayuda de un dispositivo mecánico o electrónico, que además llegó a desarrollar y a poner en práctica, aunque con escaso éxito comercial, como sucede habitualmente en nuestro país.
Este inventor, del primer ingenio de navegación fue Antonio Martín Santos, un ingeniero industrial natural de León, que patentó en 1954-56 ES0218614, ES0225973, en España, Alemania, Suiza y algunos países más, un dispositivo que él denominó “auto-mapa”.
El “auto-mapa” de Antonio Martín consistía en un mecanismo con unas cintas que se desenrollaban a partir de un carrete para enrollarse en otro, y durante su recorrido pasaban por delante de una ventanilla a modo de pantalla en la que se podía apreciar el tramo de carretera por el que estaba circulando el vehículo en ese momento.

Los carretes se movían en combinación con elementos de transmisión de la velocidad del automóvil, como el cuentakilómetros, de manera que el coche circula a una velocidad directamente proporcional a la que avanza en el itinerario del mapa. El aparato estaba conectado por cable con la transmisión del vehículo y se instalaba en el salpicadero del coche, lo que sin duda recuerda a los modernos equipos de navegación.
Según la narración de su nieto, José Antonio Aldasoro Martín, su abuelo ideó este sistema en el año 1954 cuando viajaba con su familia a bordo de un SIMCA 9 en dirección a Jerez de la Frontera, para visitar a su hija que se había casado recientemente en la localidad gaditana. Después de muchos kilómetros recorridos, y al caer la noche, la familia se perdió en los alrededores de Sevilla. Aunque finalmente consiguieron encontrar la ruta correcta, el cabeza de familia, gran aficionado a los automóviles y con una especial inquietud profesional, se dio cuenta de la necesidad de contar con un dispositivo que orientara al vehículo por el itinerario deseado, sin la necesidad de tener que recurrir a los engorrosos mapas Firestone de la época.
El invento tuvo cierta repercusión en los “medios” de entonces y aparecieron referencias al mismo en varios periódicos, incluso en este NODO (el Youtube de la época), en el minuto 00:34 de este documental se hace referencia a él, entre otras novedades de aquellos tiempos…

Patente ES0225973, de Antonio Martín Santos