✍🏻 La cámara fotográfica instantánea puede considerarse el paradigma de la invención que en poco tiempo pasa de asombrar al mundo a caer en el olvido, debido al veloz avance que la tecnología viene experimentando a lo largo de los últimos años. También pasó a los anales de la historia como la primera patente cuya infracción supuso una indemnización millonaria.
La cámara instantánea es la invención más relevante del estadounidense Edwin Land pero ni mucho menos la única, ya que consta como inventor en más de 500 patentes. Nacido en 1909, comenzó a estudiar química en la Universidad de Harvard, pero abandonó la carrera en el primer curso. En 1932 funda la empresa Polaroid, su primer invento fue una lámina de plástico polarizadora US2237567, que tenía múltiples usos, se podía utilizar en las gafas de sol, pero también era un producto demandado por los militares.
Pero, no fue hasta el año 1946, cuando se encontraba de vacaciones, cuanto tomó una fotografía a su hija pequeña y ésta inocentemente le preguntó que por qué no podía ver la foto en ese momento; así que se puso a pensar hasta que se le ocurrió una posible solución, la cámara instantánea. El desarrollo fue fulminante y debió de llamar inmediatamente a su agente de patentes para que se pusiera a redactar la solicitud de patente, porque ésta fue depositada el 29 de agosto de este año, 1946, bajo el número US2435720.
Llama la atención de que esta patente no se extendió a ningún país extranjero; pero eran otros tiempos, hacia apenas un año que había terminado la II Guerra Mundial, porque hoy sería impensable no haber protegido una invención tan rompedora en los principales mercados del mundo: Europa, China, Japón, México, Brasil, Australia, …
Pero, el verdadero interés de esta historia es por lo que sucedió a continuación que bien podría considerarse digno de un capítulo de Juego de Tronos, pero en el mundo de los negocios. Los reinos hubieran sido: Kodak y Polaroid. Poco después de que Edwin Land hubiera inventado la fotografía instantánea Kodak comenzó a usar esa misma tecnología para lanzar su propia cámara.
Polaroid demandó a Kodak y empezó una épica guerra de patentes, que solo termina en 1986, mucho después de vencida la patente original, cuando Kodak fue obligada a dejar de fabricar cámaras de fotografía instantánea, y en 1991 se fijó la indemnización que debería pagar a Polaroid en 925 millones de $, siendo ésta durante más de una década la multa más alta que pagó una empresa en Estados Unidos por usurpación de patentes, hasta que, en 2012, Samsung fue obligada a pagarle a Apple 1.051 millones de $.
Pero como en otras muchas guerras, después de unos pocos años, tanto Polaroid como Kodak se enfrentaron al fracaso más calamitoso: cuando se dieron cuenta que el mercado había cambiado, que las cámaras digitales iban a barrer del mercado todas las cámaras fotográficas tradicionales, ya era demasiado tarde.